domingo, 19 de diciembre de 2010

Rabia / Sergio Bizzio

Puntaje:
Lector Enfermo: 9
Lector Sano:      8

El libro que habría que leer a continuación de los cuentos
Casa tomada y Cabecita negra (ver entrada anterior. Si quieren) es Rabia, de Sergio Bizzio.
¿Y por qué?

Es una de esas novelas que no pueden soltarse hasta el final. Pero lo que se me ocurre es que también es una fusión de los dos cuentos mencionados: porque finalmente el cabecita negra entró a la casa de Cortazar y, a su particular modo, la tomó.


Rabia es una historia de amor entre la mucamita Rosa y el obrero José María. Acá me viene a la memoria la relación que había en la novela de Manuel Puig, Boquitas Pintadas, pero no el libro sino la película, cuando Leonor Manso, la mucamita, se mimaba con Raúl Lavié (creo que hacía de policía), ambos jovencísimos y pobretones. Incluso Bizzio empieza el libro con la onda natural de Puig, con sus diálogos que captan el hablar cotidiano, pero un poco más zarpado ya que va de lleno al tema sexual, acorde con los tiempos que corren.

Lo que atrae el libro es el giro pirado que tiene. José María mata a su capataz y por ese debe esconderse: elige la petit mansión donde Rosa trabaja. Una mansión en decadencia, puesta a la venta hace varios años y aún habitada por sus dueños, también en decadencia.



Y aquí empieza lo fantástico: nadie sabe que José María habita en la casa. Ni Rosita ni sus dueños. El va adquiriendo las dotes de la supervivencia y la invisibilidad. Un Robinson Crusoe en una isla con habitaciones.

¿Puede leerse como que un obrero cabecita se filtró en el hábitat de la clase acomodada para ajustar cuentas? Por qué no. José María termina matando a un miembro (poco agradable, eso sí) de la familia. El hijo bobo de la clase pudiente. (Las clases pudientes que hicieron nuestro país: ¿dieron hijos bobos que lo llevaron a la bancarrota?)

Es un posible abordaje. En Rabia los sentidos no se cierran. Pero sí hay un título que dirige el sentido: ¿cuál es la rabia de José María? ¿es una rabia de clases? ¿es la rabia de la impotencia? ¿es la rabia de la soledad?

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